Soy tresalgarrobense por nacimiento, y marplatense por
adopción amorosa. Tengo 52 años en el
documento, muchas veces 20, y otras muchas, 80. Soy periodista desde hace 35
años, en que tuve mi bautismo de fuego en este oficio que es tan esmerilante:
te deja en carne viva, en falsa escuadra, escorado, lleno de preguntas que
jamás tendrán una respuesta satisfactoria. Será por eso que sigo aferrada a él:
porque me gustan más los interrogantes que las posibles soluciones.
Tengo un marido compañero, o un compañero marido, que me
facilita completamente la vida y me allana sus vicisitudes. Dos hijos que me inflan el
pecho invisiblemente, aunque a veces los hago pasar vergüenza porque se lo
cuento al mundo. Padres vivos (cruzo los dedos por tenerlos mucho más),
hermanos buenos hermanos, sobrinos bellos. Y amigos. No como Roberto Carlos,
pero suficientes. Más que nada, suficientemente buenos para mí y mis abismos
eternos.
Lectora impenitente, nostálgica por definición, reflexiva
hasta el paroxismo, poco práctica, adoradora de esta geografía costera cercana
a mi casa. La bici es mi amante para nada secreta, a la que a veces le soy
infiel con el running, pero cada vez menos.
Compartir: multiplicar con otros, dividir entre otros. Lo
bueno, lo malo. Es alivio y recarga, un círculo virtuoso que pretendo que nunca
acabe.
¡Qué buen proyecto! Te estaré acompañando como fiel admiradora de tu escritura. Éxitos en este nuevo emprendimiento.
ResponderEliminar