Hace unos días, en uno de los encuentros semanales de lectura, hice dos preguntas, que dejaron en el aire aún más preguntas, pero también revelaron que vamos adquiriendo un nuevo estado de conciencia de género. Pregunté primero: ¿qué opinan de la Ley de Cupo Femenino?, y luego, habiendo ya discurrido bastante sobre ese interrogante, disparé nuevamente: ¿advierten cuánto y qué profundamente hemos avanzado las mujeres en el último siglo? Bien. Vayamos a la Ley de Cupo Femenino. A poco de que comenzáramos a debatir la cuestión y a desenrollar los pliegues internos del tema, se hizo visible que es un asunto central en la sensación bien fundada sobre la desigualdad de oportunidades de la mujer para avanzar en los ámbitos políticos y de decisiones ligadas a la gestión de un país. Un cupo es una parte o cuota proporcional y fija de un todo. Es evidente que los términos "cuota" o "parte" podrían provocar cierto escozor, pero sospecho que la clave de la incomodidad actua...